Coloca harina en forma de volcán y en el hueco del centro añade la levadura disuelta en agua tibia, sal y aceite de oliva. Usa los dedos para mezclar hasta obtener una masa fina y elástica.

Espolvorea con harina la mesa de trabajo y sobre ella amasa, estirando y retorciendo con las manos, presionando con la palma de la mano. Trabaja la masa unos 10 minutos hasta que no esté muy húmeda ni muy dura. Una vez lista colócala en un recipiente aceitado (como cuando enmantequillas la lata del horno) para que leve por unas horas en un lugar cálido (cerca del horno encendido, mientras cocinas otra cosa, es una opción).

Corta la masa en 5 porciones (o 10 si las quieres de 50 g). Haz bolitas con ellas y luego las extiendes con un rodillo hasta que queden de 4-5 mm de grosor. Colócalas en una bandeja, cubre con un paño y deja que suban por 20 minutos más.

Aceita una bandeja para horno, caliéntala al máximo por 10 minutos. Retira la bandeja, coloca las pitas, y cocina a temperatura máxima por 10 minutos.